lunes, 31 de marzo de 2014

Dos hechos reales.

Una vez, me "postule" para un puesto de trabajo que consistía en tres entrevistas, ya hablé de ese proceso selectivo, lo llamé: "guerra por desgaste" o algo así. Consistía en tres entrevistas y luego, te revisaban las referencias, pues no olvidaré una de aquellas entrevistas en la que me empezaron a hacer preguntas sobre la inestabilidad laboral a la que me he visto sujeta siempre. Yo estuve a punto de decirle que no soy culpable de esa inestabilidad, sino víctima de la misma. Uno de mis trabajos lo perdí por qué bajó la cantidad de trabajo, y nos fuímos los últimos que habíamos entrado, se lo conté, y me dice: "bueno, pero eso es una injusticia, pues lo normal es que hubieran salido los que peor lo hacían" y me quedé de una pieza, con ganas de decir: "oíga, que yo he venido a una entrevista, no a cuestionar el sistema" y es que creo que estaba mirando a ver si yo perdía los nervios en algún momento, por qué si no, las preguntas que hacían no las acabé de entender. El caso es que se detuvo la mujer en ese punto en hacerme sentir como una pobre víctima del sistema, que por lo menos esta no me estuvo incordiando sobre que la segunda carrera que estudié, tardé mucho. Eso me pasó hace mucho, que la entrevistadora no paraba en incidir en que repetí curso, y yo, no paraba de intentar hacerla entender que ya tenía una carrera, y la segunda la hice mientras trabajaba y que mi prioridad era el trabajo, así que si un día estaba muy cansada, pues ni iba a clase. No me dieron el trabajo, claro, estaba todo el rato mordiéndome la lengua para no gritarle a la cara: "mire, tarde mucho en hacer la segunda carrera por que no me importaba sacarla o no" Bueno, hasta aquí dos hechos reales, que me daba no sé qué no poner entrada esta semana.

domingo, 23 de marzo de 2014

MOTIVACIÓN LABORAL.

El otro día estuve leyendo sobre la motivación laboral, un tema muy interesante. Empezaba hablando de las principales teorías de la motivación, y entre ellas, ya sabéis, la más famosa, la Pirámide de las Necesidades de Maslow (no voy a poner bibliografía, con que lo pongáis en google, ya salen explicaciones). En esta teoría se formula como las personas según vamos cumpliendo unas necesidades vamos deseando las de superior nivel, así lo primero es comer, beber, no tener mucho fío, ni mucho calor. Vamos, en la base de la pirámide está lo necesario para no morir en un breve período de tiempo. Luego, pues hay otras necesidades, por su puesto, también importantes. Esta teoría se utiliza mucho para ver qué motiva a los trabajadores a hacer bien su trabajo, teniendo en cuenta que pegarles con un látigo no es legal por ahora. Y yo creo que sí, que en las empresas en las que yo curro se utiliza mucho. Si pones a alguien una jornada laboral tan larga que no le de tiempo a comer en condiciones, ni descansar, ni le das tiempo para ir al baño, y no le pagas lo suficiente para que coma todos los días y/o tenga una vivienda digna... ¿Qué tienes? un trabajador con las necesidades más básicas sin cubrir. Y aquí entra la motivación laboral, si tienes un trabajador sin lo más básico, a poco que le des, aunque sea un azucarillo, ya estará más feliz y rendirá más. Así que creo que esto es lo que hay detrás de los trabajos que tengo últimamente en los que no puedo ir al baño, pues menos ir a por un café a la máquina, la motivación laboral. Nos lo quitan todo compañeros/as para luego darnos poco y estemos contentas/os.

domingo, 2 de marzo de 2014

LAS CONDICIONES LABORALES

El otro día, bueno el que dice el otro día, dice hace unos meses. Comenté con alguien mis condiciones laborales deplorables, que finalmente, acabaron en un despido fulminante. O sea que no fue suficiente estar dispuesta a trabajar por dos duros y tragar con horas extras no remuneradas, y decir a todo que sí. Finalmente me despidieron igual, demostrándome que ningún sacrificio fue suficiente. Bueno, a lo que iba, mientras comentaba con estas personas el sueldo y las demás contingencias, empezó todo el mundo a comentar los horribles trabajo en los que habían estado. Parecía una competición a ver quien había ganado menos, quien se había arrastrado más por un currusco de pan. Y yo, que sinceramente, aprecio las conversaciones de ese tipo, me di cuenta que falta mucho tiempo hasta que volvamos a discutir en vez de quién ha aceptado las peores condiciones laborales, quien ha tenido las mejores.